Hace unos días nos fuimos de escapada a visitar Córdoba. Solemos hacer mucho eso, de repente por la noche nos apetece irnos a algún sitio y dejamos todo listo para irnos. La verdad es que al final lo que menos planificas es lo que mejor sale. ¿ Queréis ver qué visitamos?
Mochila en mano, bueno en hombros, cargada de bocadillos, bebidas, fruta, patatas y snacks variados, los niños siempre tienen hambre, nos fuimos rumbo a Córdoba a las 9:00 a.m. Visitamos varios lugares, lo que nos dió tiempo ya que fue visita de un día. Menos mal que ese día no hacía calor debido a que tuvimos varios días de bajadas de temperaturas y en la playa la verdad es que hacía frío, por eso aprovechamos para hacer un poco de turismo de interior. Yo ya había visto la Mezquita de pequeña con el colegio pero mi marido no y tenía muchas ganas de verla.
Cometimos el error de seguir las indicaciones del Google Maps que nos llevó a una calle donde casi nos quedamos sin coche jajaja. Ahora me río pero que mal lo pasamos. Acabamos en una calle ,al lado de la mezquita, súper estrecha. Tuvimos que meter los espejos retrovisores e ir avanzando poco a poco pensando que el coche no podría salir, mira que la calle era corta pero se nos hizo eterna. Al final acabamos con los espejos arañados. Los niños gritando muertos de risa, yo de los nervios, el señor M sudando la gota gorda y nosotros atrapados en el coche sin poder ni abrir las puerta jajaja menuda aventura. La dependienta de una tienda en la puerta acorralada porque con nuestro coche no podía salir, tampoco podíamos dar marcha atrás, la pobre decía "dale, dale, sin miedo", ay sin miedo dice, ese sonido de las ruedas chirriando no se me va a olvidar, esa calle que se iba estrechando a medida que avanzábamos y que nos la jugamos, "esto tiene que salir, ya no queda otra" decía mi marido que más que un conductor parecía un ginecólogo dirigiendo un parto. Cuando conseguimos salir la tribu se puso a aplaudir 😂. Al final acabamos aparcando pasando el puente que está en frente de la Mezquita así que ya sabéis: no le echéis cuenta al móvil, id a las calles que están junto al puente.
Una vez bien aparcados y con los esfínteres relajados tras lo sucedido con el coche pudimos ponernos en marcha andando hacia la Mezquita. Si ya impresiona verla por fuera por dentro es una pasada. Mientras el señor M esperaba en la cola mi tribu jugaba con la fuente que hay en el patio. Agua que ven, agua que toca, el efecto imán denominado "agua-niños" bien conocido por todos los padres 😄.
Les conté a los peques la historia de la Mezquita ,sin entrar en detalles ni en fechas claro, y les propuse un juego: buscar donde estaban los arcos diferentes y encontrar el objeto más antiguo. Así que nos pasamos la visita mirando al techo y leyendo la información de todo lo expuesto. Noah estaba súper metido en el juego, le llamaba mucho la atención las tumbas del suelo de las que también leía la fecha e Indira se ponía nerviosa intentando no pisarlas.
Pudimos ver y escuchar a un hombre tocando el órgano (¿se llama así verdad?) . Todos los presentes enmudecimos ante el sonido tan espectacular que generaba el instrumento en aquel hermoso lugar ( ¿A que me ha quedado bien?😌). Mis niños estaban embobados. Cuando terminó la canción les propuse otro juego: sentarnos en los bancos y jugar al "veo veo" con lo que había en el altar. De esta manera se entretenían y se fijaban en los detalles. Sin exagerar estuvimos como 20 minutos ahí sentados jugando a ese juego lo que hizo que nos diera tiempo a fijarnos en todo. Cuando veían algo curioso me preguntaban que era, qué significaba, por qué lo habían hecho o se reían por algo que les hacía gracia.
Una vez terminada la visita nos fuimos a visitar el Zoológico. Otra aventura que no tiene desperdicio. Muchos descubrimientos y risas. Os lo contaremos en el próximo post.
Mil besos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario