Así es Lola, nuestra perrita


¡Ay Lola, Lolita, Lola! Os presento a Lola, el 7º miembro de nuestra familia. Ya tiene 2 añitos y es un amor pero sus inicios en nuestra familia fueron muy difíciles y frustrantes. 
La cogimos cuando tenía mes y medio. Una noche de insomnio de los míos me conecté al Facebook y un amigo había compartido una publicación de una amiga suya que daba una perrita, al parecer se la habían dado a una familia, con 20 días, que la quisieron como regalo de reyes para su hija de 4 años pero a la niña le daba miedo la perra y la devolvieron. 

Reconozco que era super nerviosa cuando la cogimos, un revoltillo, pero con mis niños no tenía nada que hacer, más nerviosos eran ellos jajajaja. Cuando la cogimos aún no estaba embarazada de Enzo. En casa de mi madre nos hemos criado con 5 perros (casa de planta baja con azotea) y acostumbrada a estar con animales me daba pena que mis hijos no se criaran con un perrito. Mi experiencia con mis perros en casa de mi madre fue buenísima, los quería muchísimo (murieron muy mayores) , jugaba bastante con ellos y quería que mis hijos también tuvieran esos recuerdos así que tras mucho mirar nos decidimos. Teníamos claro que no iba a ser comprado, que hay muchos perros en las perreras pasando necesidades y el hecho de que devolvieran a Lola nos tocó el corazón. Cuando la cogimos en brazos se nos caía la baba, mis niños estaban locos con ella. Está vacunada, desparasitada y esterilizada (a los 6 meses, antes del primer celo ya que así evitaba el cáncer al 100%)

Al principio era un terremoto, lo mordía todo. Se cargó a mordiscos una esquina de la puerta de la lavadora, el sofá, la puerta de la cocina (la dejábamos allí por las noches para que no destrozara la casa), zapatillas, juguetes...Era un no parar. Y con el pipí y las heces igual. La sacábamos 3 veces al día pero no servía de nada, le gustaba ir a las alfombras y hacerlo todo allí asi que cansada de limpiar y desinfectar quité las alfombras de toda la casa. Dos años nos ha costado que haga sus necesidades en la calle pero ahora estamos super contentos con ella. Es muy pero que muy obediente, si algún día no la puedo sacar por el motivo que sea (suele pasar cuando algunos de los pequeños está malo que no quiero dejarlos solos para bajar con ella, me da miedo y no me gusta así que espero a que venga el señor M del curro y la saque) ella espera todo lo que haga falta, es un amor. 


Hace poco fuimos al campo y donde iban los niños iba ella detrás, si veía que pasaba alguien se quedaba mirando a esa persona fijamente y si la persona se acercaba a los niños salía corriendo a donde estaban y se ponía delante de ellos como protegiéndolos. Cuando los niños iban al parque y se tiraban por el tobogán ella los esperaba abajo les colocaba las patitas encima y gruñía si alguien se acercaba a ellos. Es increíble como los cuida y los protege.

Y con el tema de cuidar la casa nos tiene alucinados. Si escucha el más mínimo ruido ladra. Si llega mi vecino mira para la puerta y no ladra pero si es cualquier otra persona ladra muchísimo. De hecho cuando mi marido llama al ascensor en el garaje (sótano 2) ella ya está llorando. ¡¡Tiene un oído buenísimo!! Se da cuenta cuando hay alguien cerca cuando nosotros no escuchamos absolutamente nada.



Por las noches cuando estamos recogiendo la casa o haciendo cualquier otra cosa nos sigue y si cogemos por el pasillo se asoma a las habitaciones a mirar como duermen los niños y les mueve el rabo. ¡Me encanta que haga eso! 

Enzo tiene la manía de que cuando pasa cerca de él la coge del rabo y la pobre lo que hace es que intenta soltarte, echa las orejas para atrás, le chupa las manitas y tira para que la suelte. No le muerde ni le gruñe ni nada. Claro que cuando me doy cuenta lo quito y me voy corriendo a lavarle las manos que no me gusta que le chupe.

En definitiva nuestra Lola es como una madre para nuestros pequeños, estamos muy contentos con ella,la queremos mucho y es la muestra de que con paciencia (mucha) se puede educar a tu mascota. Esto va por los que a la mínima se deshacen de ellos. Nosotros tardamos en coger un perro porque queríamos estar seguros de ello, tenemos claro que una vez que entra no sale así que había que pensarlo bien.








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